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De Visita: Rumba Estéreo con Jhon Tamayo

Jhon tamayo

Jhon Tamayo lleva 6 años en la radio, le encanta la guasca y además de adorar la radio se enamoró de la investigación y sueña trabajar en el CTI de la Fiscalía.

¿Cómo llegas a la radio?

“Yo tengo una prima que trabaja hace 10 años en radio, en una emisora comunitaria en el nordeste en Santo Domingo, Antioquia y cada que iba al pueblo me gustaba ir a la emisora porque estaba la prima, entonces me iba para allá, la veía trabajar y los ocho días quería volver para verlos trabajando en la emisora porque era la primera emisora a la que iba, una vez me pusieron a hacer locución, me dijeron 'háganos un favor, usted va a leer está cuña pero léala primero y luego nos la dice al aire' ¡Já!, la cuña más leída en la historia de la radio fue esa: voz temblorosa, mal leída porque yo no sabía de puntuación, yo no tenía la intensión de una cuña porque hay que hacerla muy animada y más cuando son patrocinadores. Fue la más asquerosa pero de ahí aprendí, me dijeron 'bien, registra bien, tiene buen voz pero hay que aprender a leer', entonces hay que aprender a leer, muy importante”.

¿Cuál es tu primiparada en la radio?

“Una vez hice una salida al aire completa con el micrófono apagado, solo se escuchaban las cortinas”.

¿Que debe de ser esencial para hace radio?

“Parce, hacerse querer de la gente. El cariño de la gente hace que uno tenga éxito y que diga 'tan bacano escuchar a Ximena y a Tamayo a tal hora, que bacano escuchar a Semáforo porque él es esto', es eso, cuando uno acostumbra a la gente a lo mismo, la gente no va a tener ese factor sorpresa, lo que se busca es que ellos digan, 'vamos a ver que va a pasar hoy'”.

¿Qué momento recuerdas del trabajo en Rumba?

“Una vez un concierto en Robledo, en La Quintana. Un niño que simplemente quería entrar al camerino y pues obviamente, no es que uno no quiera o sea mala gente sino que hay unos límites, entonces insistió e insistió, luego llegóel papá y re insistió... él me quería conocer. ‘Venga que es para que Tamayo se tome una foto con el niño’; y yo ocupado dije, 'hágale que ya voy', él seguía insistiendo y fue de esas cosas que se me olvidó, el niño ahí parado y en un momento intentó meterse y lo sacaban y al fin lo dejaron entrar... El peladito sin mediar palabras, cuando lo dejaron entrar, se me tiró y me abrazó. Ya, con eso yo tuve, eso me desarmó a mí completamente. Fue un momento emotivo, el niño lloró, yo lloré, él me dijo que cuando fuera grande quería ser como yo, fue la única palabra que me dijo. Se llama Sebastián y vive allá en Robledo. No lo volví a ver pero sé que existe y debe de estar al otro lado de estos micrófonos”.

¿Cuál es tu género favorito? ¿El reguetón?

“No, la música popular, soy muy 'guasquero', obviamente me gusta el reguetón que es con el género que trabajo y no lo hago porque trabaje con él sino porque me identifico”.

¿El reguetón es vulgar?

“El reguetón no me parece vulgar porque uno ve las cosas como quiere que las vean, vulgaridades hay en todas las canciones, si vamos a hablar de sexo, está en todas las canciones y en todos los géneros, si vamos a hablar de violencia, la violencia está en todos los géneros y en todas las canciones porque la canción interpreta algo de la vida real, siempre va a estar contando una historia o algo que esté pasando en el mundo”.

¿A futuro cómo te ves?

“Quiero dirigir una emisora, ojalá urbana, si no es juvenil, adulta pero de música popular que no sean vallenatos, aunque me gusta el vallenato no me veo en una emisora así, puede ser tipo Radio Cristal o El Sol que me parece una emisora muy chévere”.

¿Por qué el gusto a ese tipo de emisoras, música?

Crecí con esa música, mis tíos fueron unos borrachos empedernidos entonces esas fueron las canciones y me sé las canciones y no me incita a que yo diga, 'escucho una canción de esas y me voy a poner a beber, no', me gusta la canción, me gusta la música y ese 'tilin, tilin' que es como la guitarrita por allá y eso me parece divertido. Fue la música con la que crecí y la quiero porque creció conmigo.

¿En el colegio eras la misma persona que eres ahora?

Sí, de hecho lo que soy ahora se lo debo al colegio, el apoyo del colegio fue incondicional, desde el colegio me decían que yo tenía la chispa, que yo iba a ser alguien en la vida, que luchara por lo que quería porque lo iba a lograr y en el colegio profesores, estudiantes, el vigilante, la señora del aseo, los pelados de la tienda, todos me lo decían y aquí estamos cumpliéndoles. Yo era el que hacía la emisora del colegio, el que presentaba los actos cívicos, el que preparaba las fiestas de antioqueñidad, el día del padre, del profesor, del estudiante, el que hacía los supuestos vídeo conciertos en el colegio. Todas las actividades del colegio -obviamente cuando estaba en 9, 10 y 11- era responsabilidad mía'.

¿Qué te ha marcado al aire?

“Negativo no. Una vez un señor que me llamó de la cárcel, '¿desde dónde nos llama? -no, no puedo decir, pero es de unas cuatro paredes', ya uno asimila y comenzó a regarse; yo trabajo en la noche y la radio en la noche es la compañía de celadores, taxistas, gente de la cárcel y ese señor me marcó, comenzó a hablar y se notaba que era de esos señores que se instruyen mucho, que leen mucho, hablaba muy fluido y uno como qué ¡wow! entonces uno dice: yo estoy haciendo eso a través de este micrófono, lo estoy logrando y lo estoy haciendo con mi voz”.

Fotografía: Cortesía Rumba Estéreo Medellín.

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