Leandro Amariles: Un mismo hombre, dos personalidades
Esos manes que yo admiraba antes ya son parceros míos y ‘que chimba’ saber que yo ya soy parte de esto.

Estuvimos hablando con Leandro Amariles, más conocido en las calles como Leo2., Leandro es estudiante de Comunicación Gráfica Publicitaria de la Universidad de Medellín, en esta entrevista él nos deja saber un poco más de su vida, sus sueños y su pasión, que es pintar, dibujar, “rayar” las paredes de las calles con su arte: EL GRAFITI; lo más gratificante para este joven artista es ser conocido en las calles, que la gente reconozca sus obras, dejar su firma y una huella de impacto en los ojos de quien se acerque a contemplar sus grafitis.
Leandro nos cuenta también que cuando pinta se convierte en otra persona, en Leo2, él es quien pinta en las calles, quien dibuja y quien no concibe su vida sin por lo menos tener un papel y un lápiz en sus manos para crear e imaginar nuevas formas y un mundo lleno de colores vivos y contrastados; por otro lado Leandro es el parcero, el amigo, el estudiante, un joven dedicado a su estudio como cualquier otro chico de su edad.
¿Desde hace cuánto empezaste a pintar y de dónde nació esa pasión por este arte?
“En mi familia hay una tía que pinta; desde chiquito yo dibujaba mucho, mi mamá conserva dibujos hechos por mi desde que tenía cinco años, ella los guarda como si fueran un tesoro, creo que uno de ellos era un corazón de Jesús, imagínese pues a mi mamá feliz, hasta de padre me iba a mandar. Lo curioso es que ahora uso muchísimo color y cuando estaba chiquito no usaba nada, todos los dibujos eran a líneas.
Empecé a hacer grafiti en el 2010 en Angelopolis, tenía más o menos 14 años, llevo 4 años aproximadamente pintando.
Empecé a conocer sobre el grafiti gracias a un primo y en ese instante empecé una carrera conmigo mismo, un reto por pintar cada vez mejor, más ágil, más alto, más grande, siempre he estudiado acá en Medellín pero cada fin de semana viajaba a Angelopiolis a pintar, la pintura era cara, no comía muy bien en el colegio y así ahorraba para comprarme los aerosoles”.
¿Qué sientes cuando pintas?
“Cuando voy a pintar siento ansiedad, pues ya quiero pintar, vos ya querés pintar y pintar, estás a la expectativa, es un nuevo reto, pienso que cada vez que pinto puedo superarme más, siento incertidumbre porque no sé qué voy a plasmar pues mi estrategia a la hora de pintar es que nunca dispongo de un boceto, simplemente dibujo y dejo que las cosas vayan surgiendo, cuando comienzo el mundo se desaparece y si tenía problemas, ellos también desaparecen.
El grafiti me hace sentir grande, pero no en el sentido de ‘yo soy mejor que otro’ sino en el sentido en que la gente en la calle te empieza a ver, el grafiti es poner tu nombre en todo lado, la gente ve tu firma, lo que tú has hecho y eso de alguna manera exalta tu ego, o sea esos manes que yo admiraba antes ya son parceros míos y ‘que chimba’ saber que yo ya soy parte de esto”.

¿Esperas un día vivir de tu arte?
“He empezado a recibir una recompensa por mi trabajo haciendo murales, pues por la parte del grafiti no llega tanto recurso, sin embargo, si ha llegado, hay gente que me ha pagado por hacer un grafiti en locales pero normalmente los proyectos que son pagos son los murales.
Es muy teso porque yo estoy en la universidad no más por un título, porque yo sé que quiero vivir del grafiti y estoy haciendo cosas para lograrlo, me estoy rodeando de la gente que es y he visto que se puede, he conocido personas que admiro mucho y ¿qué más rico vivir de lo que a uno le gusta? No me veo haciendo nada más”.
¿En qué proyectos has participado?
“He participado en varios proyectos con Solagro, también he trabajado con discotecas, con la Alcaldía, he participado en Galería Urbana, un proyecto que se realizó en el marco del Foro Urbano Mundial, se hicieron unos guayacanes por la glorieta de Bulerías, en festivales de grafiti y trabajé con desplazados en el municipio de San Luis con una ONG, se hizo la recuperación de una escuela rural, el trabajo con la comunidad fue muy bonito, el tiempo fue corto pero el resultado y la experiencia fueron muy enriquecedoras, además de todo esto he pintado varios colegios.
El lado social me gusta mucho, pues ya no estas pintando para vos ni para una empresa sino que estas pintando para la gente y lo bonito es que la gente se acerca, la gente te dice de forma muy sincera si les gusta o no”.
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